La crisis económica generada por la pandemia demanda medidas especiales para acelerar su reactivación y uno de los principales detonadores es la industria de la construcción. Conscientes de esto, los gobiernos de algunas regiones del mundo como EE.UU., Reino Unido, Brasil, Colombia, entre otros, están incrementando el presupuesto asignado a obras de infraestructura.
En días pasados el presidente de EE.UU., Joe Biden aprobó 1.2 billones para apoyar el plan de infraestructura, la Unión Europea anunció el plan de infraestructura más ambicioso de su historia con una inversión de $ 806.9 billones de euros, el gobierno brasileño anunció un incremento presupuestal para los proyectos de infraestructura por $ 5.5 millones de dólares y más de $ 40 mil millones de dólares en alianzas con el sector privado hasta 2022.
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Asimismo, el Banco Mundial aprobó un préstamo por $ 500 millones dólares al gobierno colombiano para mantener la provisión de servicios esenciales y el acceso a la infraestructura básica, promover el desarrollo de infraestructura resiliente y sostenible para la recuperación de la economía tras la pandemia y financiar la infraestructura sostenible a largo plazo.
De esta manera, surge la necesidad de evolucionar la industria de la construcción, reactivar la economía y mejorar la calidad de vida de las personas, lo anterior se puede lograr a través de la transformación de la industria de la construcción con el uso de la tecnología.
La metodología BIM (
Building Information Modeling) colaboraría en la evolución del sector, ya que permite construir digitalmente antes de construir en la vida real, optimizando el trabajo a través de esquemas colaborativos, minimizando el desperdicio y asegurando la optimización de los recursos económicos.
Según una reciente encuesta de la FIIC (Federación Interamericana de la Industria de la Construcción), el 69 % de las empresas latinoamericanas del sector realizaron acciones dirigidas a implementar BIM entre 2019 y 2020. El número debería crecer pronto, ya que 37,9 % de los entrevistados clasificaron como alta la importancia del tema para los próximos cinco años.
Esta transformación de la industria conlleva un beneficio adicional: el desarrollo de nuevas oportunidades de trabajo y el desarrollo de nuevas habilidades laborales en la población.  Se están demandando nuevos roles y los oficios tradicionales empiezan a requerir capacidades diferentes. Estos cambios implicarán más preparación, mejores sueldos y con ello, mejor calidad de vida para la población.
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