Duchas: donde la electricidad y el agua trabajan juntas

Aprender a reconocer las duchas de buena calidad es algo que usted, como ferretero, debe saber para que pueda ofrecer el mejor producto a sus clientes. Revista FIERROS consultó a Pedro José Cárdenas, director estratégico de Duchas Kontiki, para conocer algunos consejos sobre el tema : ¿Cómo reconocer duchas de buena calidad? Inicialmente validar que el producto posea Certificado de Producto bajo RETIE (Reglamento Técnico de Instalaciones Eléctricas), expedido por el Ministerio de Minas y Energí­a. Esto garantiza mayores stándares de calidad y seguridad. Lo segundo es evaluar los componentes eléctricos. Desafortunadamente es imposible revisarlos directamente porque los productos son sellados. Sin embargo, dada nuestra experiencia de más de 20 años en la fabricación de duchas eléctricas, puedo asegurar que la mayorí­a de duchas nacionales tienen componentes eléctricos más robustos que las importadas, por ende el ciclo de vida del producto resulta más extenso. ¿Cuáles son las últimas tendencias en duchas ahorradoras? Las duchas eléctricas tienen una gran acogida en el mercado nacional gracias a su válvula reguladora de presión que garantiza menos litros de agua por minuto, y bajo este principio tienden a mejorar aspectos funcionales y estéticos sin perder su esencia de ahorrar agua. Tenga en cuenta los siguientes factores: funcionalidad (con regaderas más amplias), estética (que no requieran un tramo de tubo para la instalación) y confort (que incluyan un dispositivo que aumente la fuerza de la salida del agua o dispositivo multi-chorro). ¿Cuáles son las últimas tendencias en tecnologí­a aplicadas en las duchas para agua caliente? Dí­a tras dí­a y bajo el principio de mejora continua, las duchas eléctricas ofrecen mayor seguridad y durabilidad para los usuarios, como por ejemplo: su adecuación para que con solo cerrar la llave del agua esta se apague automáticamente, y por lo tanto, no requiera de un interruptor para cortar el paso de energí­a; la realización de un recubrimiento o tratamiento térmico a la resistencia, que prolonga la vida útil del elemento calefactor y mejora su eficiencia; y la acoplación de un sistema de presurización de agua; entre otras.