Las puntillas y los tornillos son unos de los productos más tradicionales en las ferreterías. Estos aseguran una rotación constante, ya que llegan a todos los públicos.
Anteriormente, este mercado se movía por el precio. Las personas escogían los productos más baratos. Sin embargo, la calidad empezó a cobrar importancia, pues las ventas comenzaron a descender por la baja calidad de los productos, lo que llevo a los ferreteros y a los clientes a exigir calidad y buen precio.
Según Germán Valencia, director de la línea de tornillería de Sumatec, "la mejor manera de tener calidad y buen precio en un producto es con buenos proveedores que aseguren sus productos con certificaciones y con pruebas de laboratorio".
Mercado tradicional no tan tradicional
Valencia explica que el mercado de puntillas no ha cambiado mucho en diseño ni en tecnología, pues, su uso sigue siendo muy tradicional, y en usos sencillos. "El mercado de tornillos ha tenido varios cambios. Hoy en día existen algunos tornillos que pueden cumplir tres funciones al tiempo. Por ejemplo, los tornillos punta de broca u otros que facilitan el ensamble, o los que se especializan en algún tipo de construcción".
Este dinamismo ha permitido que los tornillos evolucionen un poco más, pues las personas comenzaron a necesitarlos con diferentes funcionalidades, "La facilidad con la que se instalan las cosas, y la rapidez hacen que los tornillos pidan cambios, pues gracias a un taladro y un tornillo se facilita la instalación y se ahorran tiempos de mano de obra y costos de instalación", comenta Valencia.
Por lo tanto han tenido un recibimiento favorable en las ferreterías y en los clientes finales, porque cada vez piden más diseños, funcionalidades y como siempre, calidad.
A su vez, gracias a la amplia cobertura y múltiples usos que estos productos tienen, se encuentran presentes desde la remodelación en el hogar, ensamblaje de algún mueble o una construcción, pues los tornillos dan seguridad y firmeza en los productos.
La calidad es un factor clave
Con base en los reclamos y a la caída de las ventas que registraron los ferreteros, quienes como reacción comprendieron que la calidad es un factor importante a la hora de vender.
"El precio siempre ha variado. Aunque los clientes tienen preferencias por los productos económicos, no se garantiza la calidad. Cuando se pide calidad el precio comienza a subir. La experiencia es que la baja calidad en una ferretería solo genera perdidas" afirma Valencia.
Ojo al dato
"El beneficio de los ferreteros al tener este mercado, es que siempre va a tener clientes preguntando por los tornillos de siempre y por las nuevas tecnologías. Además, son elementos que se pueden colocar en el mostrador a buen precio, y son productos que buscan todas las personas, desde amas de casa hasta los profesionales de la construcción" concluye Valencia.
Por último, recomienda a los ferreteros, mantenerse actualizados con los nuevos diseños que están saliendo al mercado, las nuevas características y los nuevos usos, ya que las personas están solicitando otro tipo de productos modernos.